¿Qué es el Marketing Olfativo?
MARKETING OLFATIVO
El marketing olfativo pretende asociar un determinado aroma con los valores que desea transmitir la empresa, cliente o producto.
A un simple golpe de nariz el cliente relacionará el producto con un concepto, una idea, una sensación o un momento… Es una herramienta de marketing que trata de utilizar los aromas para generar un efecto determinado o crear una experiencia de compra con un valor diferencial. Revaloriza la marca en el punto de venta, logra transmitir valores y provoca reacciones en el consumidor.
Supone una técnica de estimulación capaz de reavivar recuerdos y emociones vividas. Los aromas nos trasladan a tiempos pasados y lugares distantes en milésimas de segundo dando vida a recuerdos que podríamos tener olvidados. Es ahí donde radica la magia de Don Aire: utilizar el olfato como un nuevo canal de comunicación, mucho más potente que la vista y el oído. El Marketing olfativo es una parte importante del Marketing sensorial, el cual pretende recurrir a los sentidos con el objetivo de crear experiencias sensoriales a través de la vista, el sonido, el tacto, el gusto y el olfato. En definitiva se trata de crear “una memoria olfativa” e impactar mediante el sentido del olfato.
Estudios científicos demuestran que el ser humano recuerda más del 35% de lo que huele, por encima de un 5% de lo que ve y un 2% de lo que oye. Nuestra memoria es capaz de recordar más de 10.000 aromas diferentes y sin embargo solo reconoce 200 colores. El olfato esta conectado directamente al sistema límbico e íntimamente relacionado con la memoria y el mundo de las emociones. Es el sentido con mayor poder de evocación. Todos los días percibimos aromas que tienen una poderosa influencia en nuestras emociones, conductas y estados de ánimo. El marketing olfativo no solo se limita a los puntos de venta, sino que alcanza también ambientes de trabajo, centros de negocio o centros educativos con el objetivo de generar un ambiente que potencie el rendimiento de los trabajadores.
Estudios realizados demuestran que aromatizar el ambiente reduce un 20% los errores de los empleados y aumenta un 15% la productividad.